Maltrato psicológico sutil

Conductas que pone en práctica la persona maltratadora (puede ser hombre o mujer) para controlar a una víctima, que es la que sufre en esta interacción.

 La victima adulta reconoce que no le gusta el trato que recibe (normalmente de su pareja), pero lo justifica porque incluso a veces se siente culpable (la otra persona le crea esas dudas, la hace sentirse así…).

 

Se siente controlada: a dónde fuiste, con quién, la persona maltratadora le revisa el móvil, qué hacías conectad@ a esa hora… los enfados son frecuentes y van seguidos de autojustificaciones de la conducta de la persona maltratadora, comienza sutilmente el abuso que inicialmente acostumbra a ser verbal con comentarios humillantes e insultos…

 

 Su tiempo libre siente que está condicionado, ya no puede hacer nada con libertad porque se siente dominada por la otra persona (tomar un café–incluso con algún miembro de la familia de la víctima, puede causar controversia) y la víctima se va aislando. Son los primeros indicadores…

 

 A la víctima le cuesta creer que “eso” es maltrato. Piensa que ella misma está exagerando, que no es para tanto, que la otra persona realmente le quiere…Con el tiempo pueden llegar a ser más graves: control sexual (ahora no quiero sexo, hoy te deseo…), los enfados cada vez son mayores y la conducta maltratadora es lenta y progresiva… Cuando se recurre a la violencia física es porque la víctima escapa al control del maltratador.

 

El humor va cambiando, comienza la tristeza, las dudas acerca de si lo que hace al otr@ le sentará bien, inseguridad, apatía, pérdida de autoestima, dependencia de la pareja…

 

 Existe también el riesgo de victimización secundaria: sufrimiento añadido al investigar o atender de modo inadecuado a la víctima, inferido por instituciones o profesionales de los que la víctima esperaba ayuda y apoyo. La víctima percibe que no se le cree, además en muchas ocasiones ella misma se siente responsable por haberlo consentido… Es un fenómeno complejo

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